El reconocimiento de los principales elementos de pruebas marcó la segunda audiencia del juicio oral por el crimen del pequeño Benjamín Amaya, ocurrido en 2019 en El Colmenar. Dos testigos no tuvieron dudas al identificar un buzo de color gris, con una franja roja. Adenmás, un familiar dejó abierta la posibilidad de que el cable coaxil que le mostraban en la sala virtual haya estado en su casa, donde también residía el imputado Claudio “Cococho” Argañaraz.
El representante del Ministerio Público Fiscal (MPF), Daniel Marranzino, se centró durante el debate en sostener la imputación, a partir de la descripción de los declarantes. En los allanamientos policiales, la prenda de vestir y el cable habían sido secuestrados y permitirían luego a los investigadores señalar al acusado como el posible autor del hecho.
El fiscal de Cámara les consultó y les repreguntó a los testigos si recordaban cuándo y cómo vestía el enjuiciado aquel 8 de agosto, fecha del homicidio del niño de cuatro años. “Es el buzo que tenía puesto Claudio. Me acuerdo que tenía la franja roja”, respondió Emilia Díaz, al ver la indumentaria.
La mujer, de 35 años, trabajaba entonces en el merendero donde iba a jugar el pequeño. “Vimos jugando a Benjamín en la canchita, a media cuadra de su casa. Tenía la hondita en la mano. Después nos dimos con la abuela buscándolo (…) Se decía que habían visto correr a un tipo, que tenía un buzo gris y pantalón oscuro. En ese momento, lo veo a ‘Cococho’ que me dice: ‘yo no estoy vestido así”. Tenía un buzo gris con una franja roja, con letras. Abajo, un pantalón jean oscuro, casi negro”, remarcó la joven ante los jueces de la Sala II.
En su declaración, María Teresa Díaz rememoró que aquella tarde, mientras preparaban en el merendero alfajores de maicena para la venta, “Cococho” se había presentado para contar que no aparecía Benjamín y que lo estaban buscando. “Recorrimos el predio cerca del canal. ‘Cococho’ nos dijo que hacía dos horas que no se sabía nada del pequeño. ‘La última vez que lo vi fue en la canchita’, me respondió”, acotó la mujer, de 29 años.
“¿Cómo estaba vestido?”, le volvió a preguntar el abogado querellante, César Barrionuevo. “Cuando lo vi, tenía un buzo gris con capucha y una franja en el medio, y un pantalón medio gastado”, insistió la vecina. En la ronda de reconocimientos la mujer desestimó otros elementos secuestrados, entre ellos, varios jeans y una campera blanca.
Argañaraz, de 38 años, está acusado de homicidio agravado. La imputación señala que, entre las 15 y 17, el joven engañó y se llevó al menor desde el barrio Jesús de Nazaret hasta la zona de la avenida Circunvalación y canal Norte. Con el niño a la par, se desplazó hasta un antiguo puente utilizado como cruce peatonal. Ahí, tomó a Benjamín, le pasó por el cuello un cable coaxil negro con manchas de pintura de color ladrillo, y lo colgó de un gancho de hierro.
Jorge Ricardo Argañaraz, hermano del enjuiciado, recordó ayer que la Policía había secuestrado de su casa un cable coaxil, ropa y pintura. “Tengo un tarro de pintura, que sigue en el mismo lugar”, agregó. Un funcionario judicial le exhibió una cuerda, que presentaba una mancha de pintura, para saber si la reconocía o no. “El cable de televisión de nosotros es más negro. La pintura es parecida; la nuestra es tipo roja. La veo anaranjada a esta, pero es parecida a la pintura nuestra”, analizó.
El defensor, Pablo Cisneros, dirigió su interrogatorio a exponer el vínculo de la testigo María Alderete, que involucró a Argañaraz con la muerte del pequeño. La mujer relató en la primera audiencia, como lo había hecho en la instrucción, que había cruzado en la zona del puente a un hombre con las características físicas de “Cococho”, junto con un menor, sin identificarlo.
El abogado les preguntó a cada uno de los familiares que atestiguaron si conocían a Analía Ponce y a Juan Alderetes. “Viven frente a mi casa”, coincidieron estos. Cisneros hizo hincapié en que la testigo clave era hermana del vecino de los hermanos Argañaraz y que “ella pudo haber conocido sin dificultad al acusado”.
La acusación y las audiencias
1- Según la imputación, entre las 15 y 17 del 8 de agosto, Argañaraz pudo engañar y se llevó al menor desde el barrio Jesús de Nazaret hasta la zona de la avenida Circunvalación y canal Norte.
2- Con el niño a la par, se desplazó hasta el puente utilizado como cruce peatonal. Recorrió a pie alrededor de 370 metros entre la vegetación. Aprovechó el parentesco y la indefensión del nene.
3- Bajo el puente, “Cococho” tomó a Benjamín, le pasó por el cuello un cable coaxil negro con manchas de pintura de color ladrillo, y lo colgó de un gancho de hierro que sobresalía del puente.
4- Mañana se realizará la tercera audiencia por el homicidio de Benjamín Amaya, a partir de las 9. Programarán nuevas jornadas para poder cubrir el número de testigos.